lunes, 16 de julio de 2012
DIFICULTADES EN LA MOTRICIDAD GRUESA
¿Qué hacemos ante…?
DIFICULTADES EN LA MOTRICIDAD GRUESA
El caso Lucía ha cambiado este año de centro escolar porque sus padres han
tenido que trasladarse a otra ciudad. Es una niña de cinco años, alegre
y sociable, por lo que no ha tenido problemas para integrarse en su
nuevo colegio.
Su profesor está muy contento con ella, dice que es trabajadora y que
colabora mucho en clase. Presenta un buen nivel de desarrollo
lingüístico y le gusta mucho cantar.
Ha tenido un desarrollo físico normal pero es un poco gordita y le falta
agilidad. En el recreo prefiere sentarse con sus amigos y contar
historias en lugar de correr o saltar por el patio.
No le gustan nada las clases de psicomotricidad porque es más lenta y
torpe que sus compañeros. Se ha caído muchas veces de la barra de
equilibrio. Nunca se ha hecho daño porque en el suelo hay colchonetas
pero cada día tiene más miedo a subirse otra vez.
Es poco habilidosa en los juegos que requieren coordinación y
precisión en los movimientos. Sin embargo, se esfuerza mucho
cuando le resultan divertidos.
Los padres de Lucía comentan que su hija es un poco torpe, tropieza
con frecuencia cuando corre o anda rápido. Para que aprenda a
controlar sus movimientos y mejore su coordinación la han apuntado a
clases de judo. A Lucía no le gusta nada este deporte y presta muy
poca atención en los entrenamientos.
¿Qué podemos hacer?
Tenemos que trabajar con Lucía la coordinación dinámica general y el
equilibrio. Lo más importante es conseguir que nuestra alumna se
sienta segura y tranquila al realizar las actividades.
No podemos obligar a Lucía a subirse a la barra de equilibrio si no tiene
la suficiente confianza para hacerlo bien. Es mejor ir, poco a poco,
haciendo primero ejercicios de equilibrio en el suelo, como caminar
sobre una línea sin salirse o saltar a la pata coja. Después, iremos
aumentando la dificultad de las actividades teniendo en cuenta los
progresos de Lucía.
Para desarrollar la coordinación dinámica general utilizaremos juegos
de habilidad que incluyan canciones y materiales atractivos. Es
importante que estos juegos llamen la atención de Lucía para
conseguir que se esfuerce al máximo.
Es necesario hablar con los padres de Lucía sobre las clases de judo.
Si a nuestra alumna no le gusta esta actividad debemos intentar
buscar otras posibilidades. Hay muchos deportes que pueden ayudar a
Lucía en su desarrollo motor pero es importante que se sienta
motivada para practicarlos.
DIFICULTADES EN LA COORDINACIÓN VISOMANUAL
¿Qué hacemos ante…?
DIFICULTADES EN LA COORDINACIÓN VISOMANUAL
El caso Beatriz está totalmente integrada en el colegio, al que asiste desde los
tres años. En la actualidad tiene cuatro años y medio y es la mayor de
tres hermanos.
Es una niña trabajadora y siempre está dispuesta a colaborar en clase.
Sin embargo, tiene ciertos problemas para realizar actividades que
requieren una buena coordinación visomanual. En tareas como
colorear, recortar, o en las fichas de preescritura, encuentra pequeñas
dificultades. Cuando se trabajan en clase estos ejercicios, Beatriz
intenta hacerlos rápido, pero comete muchos errores. En cambio, si
trabaja despacio y se concentra en la tarea, sólo present fallos leves
en las fichas que realiza, aunque pocas veces consigue terminarlas.
No sabe utilizar correctamente el lápiz y las tijeras. Su profesora tiene
que llamarle la atención para que los coja correctamente y no aplique
tanta presión con el lápiz sobre el papel.
Todas las tardes, en la clase de Beatriz, se canta una canción y los
alumnos aprenden diferentes gestos para representarla mediante
mímica. A ella le gusta mucho cantar y bailar pero le resulta muy difícil
realizar los gestos al ritmo de la música.
¿Qué podemos hacer?
Beatriz tiene problemas para realizar con precisión tareas que
requieren coordinaciones visomanuales. Debemos trabajar con ella
estas habilidades ya que son fundamentales para el éxito escolar.
Tendremos que consultar con el orientador del centro para que nos
asesore sobre el problema de Beatriz.
Lo primero que tiene que aprender Beatriz es a coger bien el lápiz y las
herramientas escolares. Muchos niños tienen dificultades en las tareas
de preescritura por no saber manejar correctamente el lápiz.
Existen muchos ejercicios para desarrollar la precisión en la ejecución
de movimientos finos con las manos, como lanzar pelotas o ensartar
cuentas. Tenemos que diseñar actividades de dificultad creciente que
tengan en cuenta los intereses de nuestra alumna. Podríamos pedir a
Beatriz que recorra con los dedos figuras en relieve y luego las copie
con pintura de dedos. Después, tendría que completar dibujos o unir
líneas de puntos. Poco a poco, iríamos retirando los apoyos hasta
conseguir que Beatriz haga trazos correctos, coloree sin salirse del
dibujo…
Hay que animar a nuestra alumna para que se esfuerce y valorar cada
pequeño progreso que realice.
miércoles, 11 de julio de 2012
domingo, 8 de julio de 2012
INMADUREZ ARTICULATORIA
¿Qué hacemos ante…?
INMADUREZ ARTICULATORIA
El caso
Andrea tiene cuatro años y seis meses, es la mayor de dos
hermanos.
Presenta un buen nivel de desarrollo
en todas las áreas pero tiene
ciertas dificultades a la hora de
expresarse oralmente.
Suele intercambiar el lugar de las
sílabas dentro de las palabras. Por
ejemplo, dice /bacallo/ en lugar de
/caballo/ o /paderes/ en vez de
/paredes/.
Normalmente, no tiene problemas para
hacerse entender porque usa
muchos gestos. Sin embargo, una
persona que no la conozca puede
encontrar difícil interpretar lo que
dice. Cuando está nerviosa, tiene que
repetir sus palabras porque es casi
imposible comprenderla.
En el colegio, Andrea es una niña
trabajadora y constante. Tiene un
buen rendimiento y le gusta mucho
colaborar en todas las actividades.
Se encuentra bien integrada en el
grupo y sus pequeños problemas de
articulación no le suponen ningún
obstáculo para relacionarse con sus
compañeros.
Los padres de Andrea no están muy
preocupados con los errores
expresivos de su hija. Creen que
habla así para imitar a su hermano
pequeño. Su madre piensa que está un
poco celosa porque ahora
tiene que dedicar mucho tiempo a su
hijo. El hermano de Andrea
cumple dos años y toda la familia
está pendiente de sus movimientos
y, sobre todo, de sus palabras.
El profesor de Andrea cree que su
alumna puede tener problemas para
aprender el lenguaje escrito si no
supera sus errores de inversión de
sílabas.
¿Qué podemos hacer?
Andrea es capaz de pronunciar los diferentes
fonemas, su dificultad
consiste en la alteración del orden
de las sílabas dentro de la palabra.
Este problema puede deberse a los
celos que tiene de su hermano,
intentando llamar la atención
imitando su forma de hablar. Tenemos
que elogiar a Andrea cuando se
exprese correctamente. Podemos
decirle que estamos muy contentos
con ella porque ya sabe hablar
como una niña mayor.
Es muy importante colaborar con la
familia de Andrea para que presten
atención a su lenguaje y le animen a
hablar bien.
Para ayudar a Andrea a superar sus
dificultades realizaremos juegos
de ritmo y estructuración temporal.
Por ejemplo, pediremos a los
alumnos que repitan las sílabas de
una palabra al ritmo de los
cascabeles. A cada golpe de
cascabeles repetirán una sílaba, cada
vez más rápido, hasta terminar
diciendo la palabra completa en un sólo
golpe de cascabeles.
Debemos enseñar a nuestra alumna a
relajarse, existen muchos
ejercicios para controlar la tensión
adaptados a niños de tres a seis
años.
DIFICULTADES CON LA EMISIÓN DE FONEMAS
¿Qué hacemos ante…?
El niño que presenta dificultades con la emisión de
fonemas
El caso
Irene
tiene cinco años presenta dificultades con la emisión de los
fonemas. Irene a veces sustituye un fonema por otro.
Así sustituye
/k/ por /t/, /z/ por /f/. Suele decir taza por casa ,
fapato por zapato.
Los padres están preocupados y se preguntan si es que
existe
causa sensorial o motriz a dicho fenómeno. Sin
embargo, no
existe ningún tipo de justificación fisiológica.
Irene no tiene ningún
problema físico. Simplemente, lo que ocurre es que
emite los
fonemas mal y que llega a distorsionar los fonemas,
emitiendo un
ruido que no pertenece al sistema fonológico del
idioma.
¿Qué podemos hacer?
Bien. Estamos ante un caso de dislalia. En grupo, no
se debe
llamar la atención de Irene sobre su trastorno ni
hacerle repetir las
palabras mal pronunciadas. Sería peor el remedio que
la
enfermedad. Por el contrario, se debe intentar
controlar las
posibles reacciones negativas de los demás niños,
cuando
quieran ridiculizarla o reírse de ella. El profesor
enfatizará sus
valores y remarcará lo que hace bien.
En momentos individuales, cuando las actividades de
clase nos lo
permitan, se puede intentar ayudarle. En cualquier
caso, hace falta
mucha paciencia por parte del profesor. También se la
recomendaremos a los padres. El niño no debe percibir
que existe
tensión excesiva.
Si no se consiguen resultados casi inmediatos, es
mejor orientarle
hacia una reeducación especializada (después
de los cinco
años) y seguir las
orientaciones del terapeuta.
DIFICULTADES DE ARTICULACIÓN DE FONEMAS
¿Qué hacemos ante…?
DIFICULTADES DE ARTICULACIÓN DE
FONEMAS
El caso
Muchos niños tienen dificultades para pronunciar
determinados
fonemas como la r, la g o la l.
Cuando comienzan el colegio van,
progresivamente, superando este
problema, aunque algunos alumnos
necesitan más apoyo para
conseguirlo.
Este es el caso de Pablo que tiene
dificultades para producir el fonema
/d/. Cada vez que utiliza una
palabra que contiene este fonema usa la
/t/ o simplemente omite las sílaba
que le cuesta pronunciar. En clase
suele decir /pito/ por /pido/;
/monea/ por /moneda/ o /jugato/ por
/jugado/.
Pablo tiene cuatro años y siete
meses y ha tenido un desarrollo
normal. Empezó a decir sus primeras
palabras cuando tenía catorce
meses siguiendo una evolución
correcta. Es un niño inteligente y
comunicativo. Se ha adaptado muy
bien al colegio y se relaciona
perfectamente con sus compañeros.
En clase, el profesor de Pablo le
hace repetir las sílabas /da/, /de/,
/di/… y las palabras que articula
mal. Pablo se esfuerza para decirlas
correctamente pero le cuesta mucho.
Últimamente no quiere repetirlas
porque según él las pronuncia bien.
¿Qué podemos hacer?
Para ayudar a Pablo a superar sus
dificultades de pronunciación
trabajaremos la discriminación
fonética y la motricidad buco-facial.
Es importante desarrollar estos
temas dentro de un contexto lúdico, en
el que participen todos los alumnos.
Una forma de trabajar la
discriminación fonética consiste en pedir a los
alumnos que levanten los brazos
cuando digamos “tenedor” y que
salten cuando digamos “comedor”.
Pueden utilizarse diferentes
palabras, sílabas o sonidos según
los fonemas que queramos
enseñar. Después, serán los alumnos
los que elijan las palabras y las
órdenes que hay que obedecer.
Para mejorar la motricidad
buco-facial realizaremos ejercicios de soplo
como desplazar pelotas de ping-pong
a través de un recorrido. Los
ejercicios con la lengua y los
labios pueden desarrollarse a partir de un
cuento: “La señora lengua está muy
nerviosa (los niños tendrán que
mover rápido la lengua, de un lado a
otro). Tiene que limpiar muy bien
su casa porque va a venir un
invitado, el señor caramelo (hay que
recorrer con la lengua todos los
rincones de la boca, los labios, los
dientes…)…
No debemos interrumpir a Pablo cada
vez que pronuncie mal una
palabra. Simplemente, nosotros la
repetiremos correctamente para
que Pablo
pueda fijarse en un modelo.
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